El
impacto que tiene el abuso físico y la negligencia presente en los menores,
conlleva múltiples discusiones acerca de sus fuertes consecuencias obviamente
físicas, pero también en otros aspectos de su integridad como su forma de
comportamiento social y su desarrollo psicológico, específicamente hablando de
su autoestima.
Debe existir el
conocimiento de que la continua emisión de agresión a los niños en esta etapa
de su vida genera dificultades enormes en su desarrollo a largo plazo (variando
siempre sus niveles de intensidad para diferentes casos), el hecho de acumular
tantas emisiones negativas, provocará
que su cerebro comience a crear una serie de implicaciones psicológicas que lo
harán mucho más vulnerable a pasar por situaciones como: fuertes cuadros de
depresión, ansiedad, adicciones de drogas y otras enfermedades.
Por
otra parte se debe empezar por tener claro la concepción de lo que es en
realidad el abuso, para lo que Child Welfare Information Gateway basándose en La Ley Federal Para la Prevención y
el Tratamiento del Abuso de Menores (CAPTA,
por sus siglas en inglés, de 2010), explica que el abuso es “cualquier acto u
omisión de acto reciente por parte de uno de los padres o un proveedor de
cuidado que resulta en la muerte, un daño físico o emocional grave, el abuso
sexual o la explotación; o un acto u omisión de acto que resulte en riesgo
inminente de un daño grave”. Como es notable la palabra abuso abarca un terreno
muy amplio, sin embargo el énfasis desde este punto de vista seria la agresión
física, que hace referencia a cualquier tipo de lesión que es causada de una
manera no accidental por distintos medios, provocada por el padre o aquella
persona que se encuentre al cuido o al encargo del menor.
Según
la UNICEF en América Latina un aproximado de 6 millones de niñas y niños sufren
de un agresión desmesurada por parte de sus padres y más de 85 mil mueren a
causa de estos castigos. Ahora bien teniendo una base primordial sobre los
conceptos involucrados, es posible establecer la relación que existe entre el
abuso físico en los niños y la estructuración de su autoestima, que es evidente
al observar como esta violencia colabora en la perturbación de los procesos
fisiológicos de su crecimiento; muchas de estas situaciones son más notorias
según este análisis elaborado por la UNICEF, en niños que poseen tendencia a
comportarse de manera mucho más hiperactiva o presentan algún tipo de
dificultad mental o física. Estas mismas acciones de una manera inconsciente
generan en la victima una serie de marcas emocionales para toda la vida,
dañando la concepción que tienen sobre ellos mismos y sus acciones; este
cuestionamiento a tan temprana edad impulsa a que en la mayoría de los casos,
sea necesario para los niños adoptar una conducta a base de violencia y
agresión para generar un mayor grado de aceptación en su entorno.
-Escrito por: J, González para PsicoManiac
Bibliografía:
Child Welfare Information Gateway (2013). ¿Qué es el Abuso
y la Negligencia de Menores? Reconociendo los Indicios y los Síntomas. Recuperado de:
https://www.childwelfare.gov/pubPDFs/ques.pdf#page=2&view=¿Cómo se Define
el Abuso y la Negligencia de Menores Según la Ley Federal?
UNICEF
(2005). Maltrato Infantil en Chile. UNICEF Responde. Recuperado de: http://www.unicef.cl/archivos_documento/18/Cartilla%20Maltrato%20infantil.pdf
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